Discriminación en la piscina
EL SENTIR DE UNA VECINA
Buenos días
Soy una vecina y propietaria del municipio de Lozoyuela. Mi marido lleva viniendo por aquí desde hace casi 40 añitos… que se dice pronto. Nosotros, como pareja, comenzamos a venir aquí hace más de 15 años, primero alquilando vivienda y terminamos comprando una propiedad en el municipio de Lozoyuela, con idea de venir a vivir aquí en un futuro no muy lejano.
Nos gusta la zona y el pueblo; además, después de tantos años, tenemos muchos amigos con los que nos gusta compartir buenos momentos. En verano, una de las cosas más placenteras de las que solíamos disfrutar era “el momento cervecita”. Algunos días bajábamos a la piscina cuando terminábamos de trabajar, hacia la una o una y media, a darnos un chapuzón para refrescarnos, nadar un rato y tomar una cervecita helada (de las que servía Monchi fuerte y riquísima) mientras nos secábamos al sol. Ese era nuestro momento de relax del dia y lo disfrutábamos tanto, que lo llamábamos “el momento cervecita”.
Al compartir esto con nuestros amigos, nos dimos cuenta de que este sentimiento era muy extendido, y que muchas de las personas que compartían este espacio común, tenían los mismos sentimientos y sensaciones….
Con la pandemia, todo cambió. No hemos vuelto a pisar la piscina del pueblo. Ya no está Monchi y sus cervecitas “peligrosas” que tanto nos gustaban. Este año, la piscina que es uno de los pocos entretenimientos colectivos del municipio tiene unos precios prohibitivos. A los no empadronados se nos discrimina vía precio para que no podamos entrar. Lo curioso y grave es que, como propietarios, hemos contribuido en igual medida que el resto de vecinos con nuestros impuestos a pagar esta piscina y el resto de gastos que realiza el ayuntamiento. Quizás alguien defienda que se ponga una entrada más barata a los empadronados, pero no puede haber tanta diferencia como se ha impuesto este año.
¡UNA VERDADERA LASTIMA POR TODO ELLO ¡